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Los alimentos vivos:
Ciempiés/milpiés
© Roberto Petracini |
Los ciempiés y los
milpiés, en general, son clasificados de la siguiente manera:
Familia:
Scolopendridae Orden: Scolopendrida Clase: Miriápodos
Unas
400 especies diferentes de ciempiés se distribuyen por todas las
regiones del mundo y se encuentran especies apenas visibles mientras que
las más grandes pueden llegar a medir 30 cm. En realidad la mayoría no
tiene más que 20 pares de patas y según la especie pueden ser de los
más diversos colores: desde azul brillante a rojo intenso, pasando por
los diferentes matices de cada color o combinación de colores. Los
milpiés tienen una distribución similar.
Son de temperamento
agresivo, más bien irascibles, ya que suelen atacar a sujetos muchos
mayores que ellos, amparados en las toxinas que producen y que puede
producir algo más que una simple molestia a los humanos. Según las
especies y la sensibilidad de cada persona, pueden producir reacciones
alérgicas severas, por lo que al suministrarlos como alimento, debemos
procurar no tocarlos con las manos ni permitir que se escapen del medio
de cultivo, en particular donde haya niños.
Son esas toxinas las que
precisamente le ayudan a devorar todo tipo de presas vivas, incluso
mucho mayores en tamaño. Desde una cucaracha, grillo o saltamontes
hasta un pequeño ratón pueden ser devorados por estos insaciables
escolopéndridos que cuanto más se los conoce menos simpáticos
resultan.
Hay ciempiés selváticos,
de las sabanas, de los humedales y por supuesto urbanos y domésticos.
Trepan a lugares que otros insectos no llegan y es posible localizarlos
bajo tierra o en el último piso de un rascacielos.
De hábitos básicamente
nocturnos, durante el día permanecen ocultos o poco visibles, pero en
la oscuridad se convierten en ágiles merodeadores en busca de alimento.
Lithobius sp (ciempiés)
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INSTALACIONES PARA CRÍA.
Siendo animales que practican el canibalismo y que se toleran muy
poco entre ellos, será importante procurarles espacios grandes y
con muchos refugios.
Un acuario alto, con paredes de vidrio y sin partes rugosas en todos
sus costados, será una dificultad aunque no un impedimento
para que se escapen. Por lo tanto habrá que disponer de una buena
tapa y una malla fina de ser posible metálica para evitar fugas.
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Son muy rápidos y por
temor a su ponzoña es posible que se nos pueda escapar alguno al
manipularlos.
La temperatura será de 18
a 28º C (según las especies, las cuales, por su parte, están
adaptadas a las diferentes regiones geográficas) y puede mantenerse con
una roca calefactora de las utilizadas para reptiles. La
iluminación normal será diurna y dejamos que durante la noche
deambulen por el recipiente, a oscuras, procurándose el alimento que le
hemos provisto.
Un ambiente húmedo (superior al 79% de humedad) es muy necesario para
mantener los ciempiés. Para
lograrlo, además de pulverizar con rociadores cada tanto, deben
mantenerse ladrillos, esponjas y cortezas de árboles húmedas.
Estos elementos además de mantener la humedad del ambiente proveerán
escondites. A todo esto se sumará una cama de turba sin fertilizantes
que se habrá humedecido hasta lograr la humedad del tabaco de pipa.
ALIMENTOS.
Se
alimentan principalmente de insectos aunque como ya mencionamos, no
dudan en atacar organismos mayores. Son extremadamente voraces por lo
que no debe faltarles alimento a fin de evitar el canibalismo todo lo
posible. Luego de alimentarse, pueden transcurrir varios días antes de
que vuelvan a necesitar comida.
REPRODUCCIÓN Es
realmente complicado diferenciar los sexos, así que lo mejor será
contar con un lote de ejemplares para iniciar el cultivo.
A individuos de mayor edad, en algunas especies la hembra es más grande
y en otras los machos tienen las patas más largas. Sin embargo es poco
apreciable y no ofrece demasiada seguridad a quienes no son
especialistas.
Existe un cortejo por
parte del macho que finaliza en la deposición de un espermatóforo que
recoge la hembra.
Pasados entre 20 y 30 días (dependiendo de la temperatura) la hembra
depositará y cuidará los huevos, que pueden ser, según la especie,
entre 15 y 50. Treinta días después eclosionarán bajo el cuidado de
la hembra y poco después comenzarán a buscar alimento.
Si es posible retirarlos y cultivarlos por separado, este sería el momento de hacerlo,
trasladando la postura a un recipiente similar, exclusivo para los
jóvenes ciempiés. Son mucho más sensibles a la deshidratación
durante los primeros 20-30 días, por lo que habrá que rociar el
cultivo cuantas veces sea necesario a fin de mantener un buen nivel de
humedad.
Son bastante longevos en
general y crecen a un ritmo moderado.
Son aceptados por reptiles
y anfibios de tamaño apropiado, teniendo en cuenta que por su ponzoña
puede resultar inadecuado para pequeños habitantes del vivario.
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