Acheta domestica |
Los alimentos vivos:
Grillos
© Roberto Petracini |
Existen varias especies de grillos que
pueden ser criados con relativa facilidad en cautiverio. De todos ellos,
el más común en ciertos lugares, Ancheta doméstica, es
también el más recomendable por su resistencia, adaptación y
fertilidad.
No es un alimento para peces, salvo
aquellos de gran tamaño poco aptos para acuarios. Sin embargo es un
alimentos muy necesario para ciertos anfibios y reptiles. Su cultivo no
ofrece dificultades si disponemos del lugar adecuado. Debe recordarse
que los grillos cantan fuerte y tienen hábitos excavadores, por lo que
será inevitable el ruido y un suelo con innumerables perforaciones. El
riesgo de que escapen estará siempre presente por lo que no es para
nada recomendable criarlos en departamentos o habitaciones interiores.
La
diferenciación sexual es evidente ya que vistos en su extremo
posterior, los machos (izquierda) muestran los apéndices lisos mientras
que la hembra muestra el del medio aserrado (ver imagen). Se trata del
tubo ovopositor.
La reproducción puede realizarse en un
recipiente simple, tal vez un acuario de dimensiones generosas. Si lo
que se va a desarrollar es una cría pensando en cantidades importantes,
habrá que pensar en construir con material de albañilería estanques
de buen tamaño y altura no menor a 50 cm., los que serán cerrados con
tejidos finos de malla metálica, de modo que no sólo se impida la
salida de los grillos sino también para evitar el ingreso de otros
insectos indeseables.
A todos los efectos siempre es recomendable tener más de un recipiente
para criarlos.
A fines de alimentar uno o dos
reptiles, será suficiente contar con dos recipientes de 120 litros (100
cm de largo por 30 cm de altura y 40 cm de profundidad) o tamaño
aproximado. Pueden utilizarse acuarios de vidrio, estanques de fibra de
vidrio o plástico, etc. Cualquier recipiente que permita ser limpiado
será adecuado. La madera si bien puede servir, tiene dificultades para
la limpieza. Eso se resolvería con unas buenas capa de pintura epoxi.
Si se construyen recipientes totalmente de vidrio, deberán oscurecerse
los vidrios de modo que la luz no los atraviese horizontalmente: algo
similar a lo que deberíamos hacer con nuestros acuarios.
El grillo es cantor por naturaleza. Ese
canto forma parte de su cortejo y es una forma de llamar a las hembras.
Por eso el grillo que está aislado y solitario canta más que aquel que
se encuentra acompañado por hembras. Si bien esto permitirá saber que
tenemos algunos grillos en las proximidades, resultará muy difícil
cazarlos para iniciar nuestro cultivo. Por lo tanto lo más recomendable
es comprar un lote a quienes los expenden en comercios especializados o
criaderos y sembrar con ellos nuestro recipiente de cría.
Si bien los grillos domésticos son
bastante resistentes a las bajas temperaturas, para que reproduzcan
deben vivir a temperaturas superiores a los 20º C. Mientras algunos
autores mencionan que lo óptimo es 28º C, otros sostienen que lo ideal
es 25º C. Seguramente las diferentes opiniones se refieren a diferentes
especies. Como sea, la temperatura no puede ser inferior a 20º C ni
superior a 32º C para ninguna de las especies.
Para lograr la temperatura dentro del recipiente
se puede recurrir a una roca de calefacción para reptiles, a una
bombilla eléctrica ubicada dentro de una lata con arena y hasta a una
estufa eléctrica de potencia adecuada al lugar donde se está criando.
En el caso de criarlos en escala comercial, deberá calefaccionarse el
ambiente.
Si bien debemos evitar en lo posible
que la luz atraviese horizontalmente el recipiente, es necesario que los
grillos reciban luz cenital durante el día. Por ese motivo si se los
cultiva en un ambiente diseñado especialmente para ello, el techo
deberá ser translúcido. Si en cambio lo hacemos para consumo propio,
podremos ubicar el recipiente de cría debajo de una ventana. Si esto no
fuera posible, habrá que iluminar artificialmente con un tubo
fluorescente de poca potencia y de ser posible con aquellos conocidos
como "serie 900" que emiten una radicación luminosa muy
próxima a la luz solar.
De todos modos, poco y nada se podrán
ver los grillos durante el día ya que ellos viven enterrados. Por esa
razón deberán disponerse diferentes refugios para que utilicen durante
el día.
Lo más recomendable es cortar un caño de luz de media pulgada en
rodajas de 5 cm, las cuales serán el refugio de los grillos. Se deben
distribuir por todo el recipiente de manera que el territorio se
encuentre repartido y se eviten disputas. Los grillos son territoriales
y todo lo que se haga para evitar luchas por el espacio, redundará en
beneficio del cultivo. Por eso mismo será bueno disponer de ladrillos
huecos, cascotes de 5 cm y bollos de papel en torno a los
"territorios". Al mismo tiempo esos elementos se mantendrán
húmedos (se sumergen en agua y se los escurre un poco antes de
introducirlos) para conservar la humedad ambiente
El agua para consumo de los grillos
podrá disponerse en diversos lugares del recipiente de cría. Puede
disponerse en bebederos o en trozos de esponja plástica embebidas en
agua. En este último caso se corre el riesgo que las hembras las
utilicen como sustrato para depositarlos huevos.
Sustrato
de puesta.
El sustrato debe ser húmedo. Puede
resultar interesante cubrir la periferia del recipiente de cría con una
capa de 5 cm de arena esterilizada en un horno a más de 100º C o en el
microondas. En diferentes lugares se entierran cajas plásticas de 5 cm
de altura con una capa de 2-3 cm de esponja y cubiertos hasta el borde
con arcilla o tierra arcillosa esterilizada en el horno, mezclada en
partes iguales con arena esterilizada.
Para mantener la humedad, cada tanto se
introducirá en uno de los rincones un gotero o pipeta en el sustrato y
se humedecerá la esponja. Una vez al mes se cambian los ponederos o los
sustratos de puesta.
Las hembras pueden depositar alrededor
de 30 huevos. Son de color blanquecino y de forma ovalada. Como puede
ocurrir que se los coman, lo mejor será retirarlos e incubarlos por
separado, en un recipiente aislado, aunque bien puede ser dentro del
mismo criadero en un sector separado por un vidrio. Dos semanas después
los huevos habrán finalizado su proceso de incubación, dando lugar al
nacimiento de los pequeños grillos.
Hasta llegar al estado adulto, se
producirán entre 6 y 8 mudas, tardando alrededor de 50 días en
completar su crecimiento.
Comederos.
Con recipientes plásticos de 5 cm de
altura construiremos los comederos. Pueden utilizarse botellas
plásticas de agua mineral, en particular las que tienen un formato
cuadrado. Estas botellas se cortan longitudinalmente y se disponen de
modo que con montículos de arena o rampas de madera los grillos puedan
entrar y salir de ellas sin dificultades.
La alimentación puede ser muy variada
y a tal efecto se utilizan alimentos disponibles en cualquier hogar:
lechuga, zanahoria, frutas, harina integral, pan integral, si se dispone
de él, también puede suministrarse alimento balanceado para conejos. Hierbas
frescas, como tréboles y otras pasturas, serán bien aceptadas cada
tanto. Debemos evitar toda hierba sospechada de haber sido rociada con fertilizantes
o pesticidas.
Al faltarles proteínas en su dieta,
pueden darse casos de canibalismo, en particular contra los ejemplares
que acaban de mudar. Debemos tener presente este detalle para que no le
falten alimentos ricos en proteínas. También para poder aislar a los
jóvenes que mudan hasta que su tegumento tome color y endurezca lo
suficiente.
Precauciones
generales.
Disponer de varios frascos de dos
litros en los cuales se puedan aislar los ejemplares jóvenes tras las
mudas. Un poco de arena y una esponja humedecida colocada en un rincón
serán suficientes para acondicionar este recipiente de
"cuarentena". Si se cuenta con espacio adecuado, se trasladan
los frascos a otro lugar. De lo contrario, se los tapa con una malla y
se los ubica dentro del mismo criadero.
Una vez nacidas las crías, podremos
librarlas dentro del mismo criadero en un sector separado por un vidrio
o una división hecha con un marco de madera y una malla que impida el
paso de los grillos pero permita circular el aire y la calefacción. Sin
embargo sería mejor disponer de otro recipiente para ingresar a los
jóvenes, más vulnerables a los ataques de sus congéneres de mayor
tamaño. Una vez que tengan el tamaño adecuado se los trasladará junto
a los más grandes.
Es importante en el recipiente de cría
una buena circulación del aire a fin de evitar la formación de hongos.
También debe tenerse en cuenta que los grillos requieren una humedad
ambiente cercana al 70% y si bien una buena ventilación permitirá un
ambiente sano, tampoco puede mantenerse seco.
La limpieza diaria de los comederos
será indispensable. La formación de hongos y toxinas por acción
bacteriana suelen ser causales de enfermedades que pueden diezmar un
cultivo en pocos días.
Al renovarse la comida se lavará el
comedero con agua de red o agua a la que se agregan una o dos gotas de
cloro por litro de agua. Luego se enjuaga cuidadosamente, se seca y se
le provee la nueva dosis de alimento.
La limpieza del criadero puede ser
parcial o total. Cuando sea necesaria una limpieza total se trasladarán
los grillos a otro recipiente procediéndose a limpiar profundamente el
que estaba en uso antes de ponerlo nuevamente en funcionamiento.
La cantidad de grillos a colocar puede
oscilar en 700 por metro cuadrado. Puede intentarse con una cantidad
mayor pero se corren riesgos de superpoblación. De todos modos en esos
casos será conveniente disponer de espacios más altos y contar con
ramas y troncos para que trepen los grillos.
Otras especies menos
recomendables para reproducir en cautiverio son: Gryllus
assimilis y Gryllus
bimaculatus,
menos resistentes y más agresivos entre machos.
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