Por:
Alexis Martínez Terrero,
La Habana, Cuba.
El
pez del que hoy les comento pertenece
a un grupo de animales que muchos
clasifican como raros o exóticos.
Otros tantos sin embargo, les
resulta increíble entender
como un grupo de acuaristas mantenemos
este tipo de especies que escapan
de la acuarofilia común,
o dicho de otro modo, de lo que
normalmente todos crían
y admiran. Sin dictaminar sentencia
a favor de que en este mundo todo
es cuestión de gustos,
resalto que estos peces sobresalen
no solo por ser predadores de
primer nivel, sino que además
su anatomía les brinda
sorprendentes adaptaciones a los
distintos medios acuáticos
en los que se instala, ofreciéndoles
abrumadoras posibilidades de éxito.
En consecuencia, miembros de esta
familia han sido protagonistas
de traslados sobre tierra, invadiendo
y conquistando otros cuerpos de
agua, logran respirar aire atmosférico
a través de una estructura
suprabranquial en forma primitiva
de laberinto y son capaces de
sobrevivir hasta 4 días
fuera de su medio natural mientras
permanezcan húmedos [1].
Estas,
en adición a otras razones
que se van conociendo en la medida
que vamos aprendiendo de estos
formidables animales, hacen de
los Channas otra opción
para los acuaristas que quieran
intentar un tanto más allá,
y llevar el hobbie al siguiente
nivel. Todo siempre desde una
práctica sana y responsable,
entendiendo con madurez lo que
este tipo de animales representan
para el ecosistema local donde
son mantenidos. Para ello, entre
las especies del género,
se eligió una de pequeño
porte, pero gran carácter,
el Channa gachua (Hamilton,
1822); describiendo, a través
de una experiencia personal, el
por qué estos peces también
se han ganado un espacio en los
acuarios de muchas partes del
mundo.
La
Familia Channidae (Los Cabeza
de Serpientes)
Actualmente entorno a esta familia,
existe un gran debate acompañado
de una gran campaña en
su contra. Dada sus características
biológicas, estos peces
altamente predadores se consideran
especies invasivas que han provocado
daños en los ecosistemas
donde han sido introducidos voluntaria
o involuntariamente. El Channa
gachua solo es una de las
31 especies de Género Channa,
que junto a unas 3 del Género
Parachanna y una del extinto Género
Eochanna[2] componen la familia
Channidae. No obstante se cree
que existen subespecies dentro
de estos géneros que pueden
alcanzar la categoría de
especies y llegar a los 36 miembros,
por lo que la taxonomía
de esta familia no está
aun completa. Los Géneros
existentes hoy en día agrupan
sus especies en dos continentes,
las pertenecientes al Channa en
Asia y las Parachannas en África.
En sus habitas nativos, de pequeños,
forman parte de la dieta de peces
más grandes, mientras que
de adultos, su gran tamaño
solo les permite ser devorados
de forma natural por cocodrilos
y caimanes. Su cabeza pequeña
y su cuerpo en forma de torpedo
les brinda eficiencia en el ataque,
a pesar de no ser grandes nadadores.
La respiración es otro
aspecto de su fisiología
que le da una gran ventaja permitiéndoles
vivir en ambientes con niveles
bajos de oxígeno, puesto
que la aorta ventral se divide
para dar paso a la respiración
de aire atmosférico a través
de cámaras subranquiales
funcionando como un laberinto
primitivo. Esto les permite tener
respiración tanto acuática,
como aérea, y aunque algunos
están obligados a la aérea,
otros la tienen facultativamente
[3][4]. Sin embargo, erróneamente,
muchos descuidan el agua de los
peces que tienen este tipo de
respiración, y obvian filtros
y cambios regulares. Lo cierto
es que están lejos de la
verdad. Los Channas son peces
que requieren mucho alimento y
por ende tienen muchos desechos.
Las variaciones del agua fuera
del rango de los parámetros
establecidos para cada animal
afectan tanto a estos peces como
a cualquier otro, aunque no obstante,
son peces fuertes que soportan
grandes variaciones en el pH y
la temperatura, reduciendo o aumentando
su metabolismo según el
medio.
Los
Channas en acuarios
Muchas han sido las polémicas
que han generado la mantención
de los Channas en los acuarios.
Sus nombres están en las
listas negras de las especies
permitidas para la importación
en diversos países, mientras
que en otros se comercian muy
baratos. De juveniles suelen tener
patrones de coloración
vistosos que van perdiendo al
crecer, que unido a la gran talla
que alcanzan algunas especies
hacen que sus cuidadores pierdan
interés y terminen por
liberarlos al medio, causando,
sin dudas, un gran daño
a la biodiversidad local, quien
termina afectándose más.
La responsabilidad y un poco de
sentido común obligan,
a quien no puede mantener este
tipo de mascotas, a regalarlas
o sacrificarlas, pero como mismo
es muy difícil que muchos
encuentren otro hogar con semejantes
requerimientos de espacio y comida,
es menos frecuente aún
que sacrifiquen una mascota que
han mantenido por algún
tiempo. Por eso, la solución
que predomina, es la liberación
a un cuerpo de agua local, constituyendo
un problema, que para muchos gobiernos,
escapa de su control. México
por ejemplo, se vio obligado al
uso de medidas extremas como la
desecación de cuerpos de
agua completos y la utilización
de venenos para contener el avance
de los cabezas de serpientes [5].
El
primer consejo que puedo ofrecer
para aquellos que opten por este
tipo de peces, es que tengan en
cuenta que la mantención
de especies exóticas constituye
un compromiso con el medio, que
no vean el reto en reproducir
o mantener un pez distinto, un
depredador que a muchos gusta
ver alimentarse, sino en lo arduo
que resulta aprender a cuidar
un animal que no puede estar en
otro lugar más que con
ustedes, o en el habitad natural
de donde son endémicos
y de donde no pidieron ser sacados
para convertirse en una especie
invasora que ocasione un problema
fuera ya del alcance de sus manos.
Por
otra parte, los Channas siguen
siendo peces mantenidos por los
acuaristas del mundo entero. La
ictiofauna de la India nos brinda
un grupo de especies, que entran
entre las denominas ¨cabezas
de serpiente enanas¨, que
no sobrepasan los 20 cm y lejos
de ser estos monstruos endemoniados
a los que la cultura mediática
popular margina, constituyen peces
que reúnen características
muy apreciadas por los acuaristas,
como son: bonitos colores, tamaño
entre pequeño y medio,
sociabilidad con otros peces de
semejantes características
y por que no, la depredación,
que constituye un atractivo para
muchos.
Mi
segundo consejo, es que si optamos
por un Channa consideremos primero
las opciones de las especies pequeñas
antes de pasar a una especie de
dimensiones grandes. Entre estas
podemos citar el Channa burmanica
(Chaudhuri, 1919), el Channa
harcourtbutleri (Annandale,
1918), el Channa stewartii
(Playfair, 1867), y aún
más populares en acuarios
se encuentran el Channa bleheri
(Vierke, 1991), el Channa
gachua y el Channa orientalis
(Bloch and Schneider, 1801). Usualmente
las dos últimas son confundidas
entre los aficionados. Channa
orientalis sin embargo, carece
de aletas ventrales, lo que constituye
la diferencia morfológica
más evidente con respecto
a la Channa gachua, sin
entrar en otras como el comportamiento
reproductivo y la cantidad de
descendientes.
Entre
las especies pequeñas
de Channas, las más
populares en acuarios son:
|
1.-
Channa bleheri |
|
3.-
Channa orientalis |
De
forma general son peces que permanecen
la mayor parte del tiempo tranquilos.
El acuario se debe proveer con
muchos escondites para ayudarlos
a garantizar esta calma, que salvo
a la hora de comer o cuidar sus
crías, parecen siempre
tener. Otro punto que no debe
faltar es una buena tapa, pues
son excelentes saltadores y pueden
darnos sorpresas. Una buena filtración
y frecuentes cambios de agua son
elementos que complementan unas
buenas condiciones. Su alimentación
básicamente se compone
de alimentos vivos, principalmente
peces, pequeños crustáceos,
lombrices de tierra, etc., pero
en cautiverio se logran adaptar
a comer muchos tipos de comidas
comerciales para peces, que bajo
ningún concepto pueden
convertirse en la base de su alimentación,
sino que deben utilizarse como
complementos de su dieta principal.
A pesar de ser peces depredadores
fuertes, no tienen por que ser
los peces más agresivos
de un acuario compartido con otras
especies, donde por ejemplo son
superados en este aspecto por
cíclidos más violentos
y ofensivos.
Como
compañeros de tanque pudieran
recomendarse, en primer lugar,
peces de complexión robusta
que superen al menos los 2/3 del
tamaño del cabeza de serpiente,
pues pueden atacar animales mucho
más grandes que lo que
realmente puedan comer mientras
que van aprendiendo que no son
presas. Estos pueden ser cíclidos
no muy agresivos, peces de fondo
como algunos locáridos,
y algunos ciprínidos de
porte mediano grande. Como sucede
entre muchas especies de comportamientos
más menos violentos, si
la población de animales,
incluido el Channa, es introducida
cuando los habitantes del acuario
son aún pequeños
se puede lograr una armonía
entre los habitantes del tanque
que minimice problemas de ataques
y estrés, camino y durante
la adultez. No obstante, aclaro,
que esto no es una regla que siempre
se cumpla. Hay que estar observando
la constante evolución
de nuestros peces y sacar aquellos
que no logren adaptarse a nuestro
amigo, si es la principal especie
que deseamos mantener.
Un
Channa gachua en mi acuario
Sin saber siquiera ¼ de
lo hoy conozco acerca de los Channas,
llegó a mis manos, aun
siendo un juvenil, un ejemplar
de Channa gachua. La
persona que me lo regaló
me advirtió sobre sus características,
enfatizando sobre los inconvenientes
que la introducción de
miembros de esta familia estaba
ocasionando en los ecosistemas
del mundo, para mí en mucho
mayor grado que como el Clarias
(Clarias gariepinus (Burchell,
1822)), lo está haciendo
aquí. Siendo siempre amante
de los peces con temperamentos
difíciles, en los años
cuando recién comenzaba
a convertirse la claria un problema
aquí, las mantuve en mi
acuario con la misma dedicación
que cualquiera de mis peces, curioso
todo el tiempo por la extraña
combinación entre su comportamiento
apaciguado y su implacable naturaleza
depredadora.
Por
eso acepté gustoso al Channa,
puesto que no podía ser
muy distinto a los otros peces
que ya había tenido. Esto,
junto a la motivación por
lo nuevo, por lo exótico,
fueron los ingredientes que terminaron
formando el reto de que hoy mantenga
en uno de mis acuarios un cabeza
de serpiente.
La
adaptación, en principio,
fue difícil. Con semejante
comportamiento solamente podía
compartir el acuario con mis cíclidos
grandes. En Cuba, para los que
no son de aquí, exceptuando
las dos especies endémicas,
usualmente encontramos seis especies
de cíclidos grandes, el
Oscar (Astronotus ocellatus),
el JackDempsey (Cichlasoma
Octofasciatum), el Boca de
Fuego (Thorichthys meeki),
la Conga (Amatitlania nigrofasciata),
la Joya (Hemichromis bimaculatus)
y muy recientemente el FlowerHorn
(Chiclasoma sp). El acuario
estaba conformado por oscares,
bocas de fuegos y congas. Con
mucho espacio, territorios y escondites.
Nadie en pareja. Los dos primeros
días permanecieron sin
novedad, apenas veía al
Channa entre los escondites, pero
al tercer día, a la hora
de comer la cosa fue bien distinta.
Si alguien tenía dudas
de lo que decían los libros
acerca del temperamento de estos
animales, espero que la siguiente
foto se las despeje.
|
El
Channa gachua atacando a
un Thorichthys meeki |
La
instantánea la tome gracias
a que tenía la cámara
casualmente cerca del tanque y
pude tirar de forma casi dramática
esta única foto, pues no
disfruto del morbo de ver como
sufren otros animales por nuestra
causa, así que intercedí
rápidamente por el animal
afectado. Felizmente puedo contar
que la hembra de "Boca de
fuego" no solo sobrevivió
luego de quedar en malas condiciones,
sino que fue curada y regalada
a un colega acuarista quien posteriormente
la reprodujo. La acción
de atacar animales mucho mayor
de los que puede comer, me hizo
reflexionar e investigar un poco
más profundo acerca del
comportamiento de este pez. Luego
de este percance, el acuario no
se calmó tampoco, a pesar
de que se mostraba con más
confianza y que ya no hubo más
eventos de este tipo, sí
noté que la "Conga",
por ejemplo, a pesar de ser mucho
más pequeña, nunca
pudo ser siquiera atacada, y lejos
de eso molestaba mucho al Channa,
incluso otros peces se unían
a picarlo cuando lo veían
descansando en el fondo.
Entonces
fue cuando me decidí a
hacer las cosas bien. Comencé
un tanque de 230 Lts nuevo con
él y con dos oscares pequeños,
pero más grandes que la
boca de fuego para tratar de evitar
que pudieran ser considerados
como presas. Lo llené de
escondites, hechos de tubería
plástica en forma de túneles
por debajo del sustrato, donde
afortunadamente lo veo descansar
y llevarse los pedazos de comida
que coge para comerlos en paz.
Pasa mucho tiempo en una posición
que parece bastante incómoda,
semejante a un palo en forma diagonal,
apoyando solamente la parte trasera
de su cuerpo, y permaneciendo
el resto suspendido hacia el frente,
cual lanza apuntando adelante.
Parece tener cierta facilidad
para descansar apoyando una superficie
menor de su cuerpo y suspender
el resto, y de esta forma lo veo
reposar en piedras, troncos y
sustrato. Resulta ser un pez muy
tranquilo, que nada poco y deja
más actividad para el momento
en que se apagan las luces, donde
lo he observado saltar contra
la tapa del acuario. Su alimentación
se basa principalmente en pescado
troceado, aunque, ventajosamente,
se ha adaptado a comer pienso
también. A los oscares
parece no importarles su presencia,
salvo cuando es la hora de alimentarse,
y pudiera decirse que al Channa
tampoco le interesan ellos. Próximamente
pienso adicionar otro habitante,
un limpia peceras Hypostomus
Punctatus (Valenciennes 1840),
que por ahora esta creciendo en
un estanque hasta que alcance
una talla segura. Mi objetivo
es lograr un acuario comunitario
con especies capaces de convivir
sin contratiempo alguno con el
Channa gachua, pero donde
todos se sientan bien, aunque
desde luego, con el reto siempre
latente, de que aquel que viene
de más lejos se sienta
como en casa.
10
cosas que a lo mejor no sepas
de los Channas
No quería terminar sin
dejarles a modo de información
algunas cosas que encontré
sobre esta familia. Algunas interesantes,
otras aterradoras, otras las sabrán,
otras no, pero sin dudas siempre
resulta atrayente conocer los
aspectos por los que sobresalen
con respecto a los demás.
Así que para concluir pueden
asombrarte con las 10 cosas que
a lo mejor no sepas de los Channas.