Por
Omar Iruela Gonzalez, Güines,
La Habana, Cuba
Capítulo
VI: “Las Plantas en el
Acuario, 1ra parte”
La función
que ejercen las plantas dentro
del acuario es muy relevante
no solo éticamente, sino
también en lo biológico.
Depuran el medio donde viven
nuestros peces de modo natural,
eliminando productos tóxicos
del agua. Las plantas absorben
los nitratos (NO3) que se van
acumulando en las peceras como
producto final de la degradación
orgánica, por lo que
cierran el ciclo biológico.
Además también
absorben directamente el amoniaco
del agua.
Otra función
a destacar es la de oxigenación,
ya que durante el día,
toman el dióxido de carbono
(CO2) y expulsan oxígeno
(O2). En contra de lo que se
cree no resultan peligrosas
durante la noche, al invertirse
este intercambio de gases, pues
las plantas utilizan entonces
básicamente el O2 que
han acumulado en sus tejidos
durante el día y no del
agua.
Una buena vegetación
contribuirá a la estabilización
del medio acuático, aunque
no se puede esperar “milagros”.
Lo que esta claro es que un
acuario sin plantas sanas no
es un acuario sano, por lo que
deberemos preocuparnos también
de proporcionar, a la parte
vegetal, las condiciones que
necesitan. No es raro oír
decir a los aficionados que
les cuesta mas mantener las
plantas que los propios peces.
Podemos reunir
las necesidades de las plantas
bajo tres pilares básicos:
luz, CO2 y sales minerales:
La
luz: La gran mayoría
de las plantas de acuario
proceden de zonas tropicales
donde reciben una gran cantidad
de luz durante 12 a 14 horas
diarias. Sobre la luz ya hemos
hablado con anterioridad pero
es necesario acá repetir
y vincular cosas dichas.
Las plantas
absorben las radiaciones luminosas
gracias a un pigmento verde
conocido como Clorofila. Este
pigmento se activa principalmente
con las longitudes de onda
de luz azules (450 nanómetros
aproximadamente) y rojas (650
nanómetros). Tal y
como se ha explicado antes,
gracias a esos conocimientos
es que se han fabricado tubos
especiales fluorescentes para
acuarios que, por cierto,
en Cuba son muy caros y difíciles
de conseguir. Mas no desespere,
amigo lector, como siempre
la inventiva del cubano ha
permitido salir airoso. Muchos
acuarios en nuestra querida
isla exhiben plantaciones
bonitas sin esos tubos.
Es una realidad
que en esas bandas de iluminación
el crecimiento de nuestras
plantas se estimula. El inconveniente
es que las radiaciones rojas
se pierden rápidamente
a medida que atraviesan el
agua y a los 40cm de profundidad
resulta prácticamente
ineficaz. Por ello en acuarios
altos, las hojas inferiores
de las plantas pueden presentar
carencias lumínicas.
El CO2: Las
plantas necesitan un suministro
constante de CO2. Por lo general,
en un acuario poblado, las
plantas encuentran una cantidad
suficiente de CO2 procedente
de la respiración de
los peces y los microorganismos
que habitan en todo el acuario,
así como del producido
durante la descomposición
de la materia orgánica.
En el caso
de los acuarios destinados
a albergar únicamente
plantas sin ningún
tipo de pez, llamados “Acuario
Holandés”, se
hace necesario un aporte artificial
de CO2.
Sales
minerales: Además
de luz y CO2 las plantas necesitan
sales de Sulfatos (SO4), Fosfatos
(PO4), Nitratos (NO3), así
como elementos como Hierro (Fe),
Calcio (Ca), Magnesio (Mg),
Fósforo (P), Potasio
(K), entre otros. Los restos
orgánicos de nuestra
pecera proporcionan estos nutrientes
pero puede que existan carencias
a cuantos ciertos elementos,
por ejemplo el Hierro y el Potasio.
Si puede usted
conseguir algún tipo
de abono especifico para uso
de acuarios, hágalo,
ya sea líquido o en pastillas.
Las bolitas de arcilla enterradas
cerca de las raíces de
las plantas también pueden
ser útiles a la hora
de aportar nutrientes.
Llegado a este
punto hay que abordar un tema
polémico en cuanto a
plantas y lo que representa
la aireación del sustrato,
necesaria para llevar a cabo
la nitrificación. El
caso es que los requerimientos
de las bacterias nitrificantes
y las plantas son más
bien opuestos.
En efecto, mientras
que las bacterias necesitan
una gran cantidad de O2 en el
sustrato (por encima de 4mg/L),
las raíces de las plantas
requieren concentraciones mas
bajas. Esto es así porque
una alta cantidad de O2 en el
sustrato impide a las raíces,
en cierto modo, alimentarse
de los nutrientes del agua.
Por ejemplo,
se sabe que por encima de una
concentración de O2 en
el medio de tan solo 1mg/L,
el Hierro existente se transforma
en Hidróxido de Hierro
(Fe (OH)2), el cual no resulta
asimilable por las plantas.
De igual modo ocurre con el
fosfato que se transforma en
Fosfato de Hierro (Fe PO4).
Es por ello
que los amantes de las plantas
acuáticas han declarado
la guerra a los filtros de placas
o fondo (tan de moda en nuestros
comercios de acuarios), ya que
su funcionamiento se basa en
una corriente continua de agua
a través del sustrato
para oxigenarlo y llevar a cabo
la nitrificación.
La solución
la podemos tener si incorporamos
las plantas a macetas de pequeño
tamaño enterradas en
la grava. De esta forma se crea
un medio algo mas estancado
en el interior del recipiente,
apto para las bacterias. En
lo personal aprovecho estas
macetas para dar a las raíces
suelos nutritivos mezclando
arena y arcilla cubriendo el
borde exterior de dicho suelo
con una grava de Zeolita con
lo que se evita que dicho suelo
ensucie el agua del acuario.
Las plantas
también necesitan un
ambiente adecuado específico,
pues al igual que los peces,
existen plantas adaptadas a
medios más ácidos
o mas mineralizados que otros
y precisan de una mayor cantidad
de iluminación o un sustrato
más o menos rico en nutrientes.
En cuanto a
las exigencias térmicas
se puede decir de modo generalizado
que las plantas se desarrollan
mejor a temperaturas algo más
bajas, entre 22°C y 25°C.
Podemos agrupar
a las plantas de acuario en
tres categorías claramente
definidas: Plantas totalmente
acuáticas, Plantas palustres
y Plantas flotantes. Pero este
será tema de nuestra
próxima entrega al igual
que analizaremos la posibilidad
de un acuario sin plantas.