El Crecimiento de los peces de acuario
por Omar Iruela - Güines, La Habana
En muchas
ocasiones observamos que en un conjunto de alevines a pesar de contarse
con la misma alimentación y similar ambiente, el desarrollo obtenido es
desproporcionado. A veces dramáticamente desproporcionado y frente a crías
de Carassius auratus grandes, encontramos hermanos cuatro veces
menores.
El desarrollo de los peces
depende de un buen número de causas internas y externas. Si descartamos
por hoy la vital importancia de una correcta alimentación (y que espero
que nadie ponga en duda lo trascendente de este principio, a pesar de la
mucha comida de chatarra que consumimos) tendríamos que buscar la
respuesta al crecimiento de nuestros amigos en factores tales como el
espacio disponible, herencia, oxigenación, composición química del agua,
hábitat, temperatura.
Los peces se desarrollan ante todo
dependiendo de causas internas:
La genética:
Los cromosomas de las células contienen los factores heredados de los
progenitores, así pues un ejemplar puede presentar un aspecto normal o
inclusive llamativo y su dotación cromosómica ser portadora de una tara
genética que no manifestará hasta alcanzar cierto tamaño.
La dotación cromosómica (genotipo) marca
la velocidad de crecimiento del pez y su tamaño de adulto. La herencia
ofrece las características del crecimiento de la especie y de cada
individuo. De ahí, algunas especies alcanzan la madurez sexual o el
desarrollo antes que otras (compare por ejemplo el Guppy con el Scalare),
mientras que hermanos de una misma puesta en un único acuario se
desarrollan de modo diferente.
Acostumbrados como estamos a ejercer en
nuestros hogares el papel de tutores de los habitantes del acuario,
olvidamos que en la naturaleza este desigual desarrollo individual produce
la selección natural de la especie en la que los mejores ejemplares
sobreviven y los más débiles generalmente sucumben a los depredadores y
situaciones adversas.
En cautiverio, al eliminar la protección
humana las causales situaciones adversas y depredadores, se abren los
capítulos del canibalismo entre hermanos o de la posición secundaria de
los menos favorecidos dentro de un recinto cerrado como es el acuario sin
renovación constante de agua nueva, presencia de matabolitos tóxicos y
menor disponibilidad de oxígeno disuelto.
Los factores
hormonales: La falta constante de aporte de agua nueva incide
en el empobrecimiento del agua en sales químicas disueltas en forma de
iones o combinadas beneficiosas, así como de oligoelementos cuya ausencia
incide negativamente tanto en la regulación como en la secreción y
síntesis hormonal (hormonas hipofisianas y tiroideas)
Por otra parte la liberación de feromonas
al medio por los peces es un factor limitante de crecimiento, que si bien
en la naturaleza tiene una función territorial y de reclamo sexual, en un
acuario alcanza cotas que pueden interrumpir el desarrollo de estos, por
lo que es muy importante la renovación prácticamente diaria de una parte
del agua cuando el índice de juveniles en un acuario es elevado. Los
ejemplares mejor dotados y de mayor tamaño liberan niveles de feromonas,
estableciéndose una competitividad que inhibe el crecimiento del resto,
que junto con los factores alimentación y territorio quedan relegados cada
vez más hasta acabar sucumbiendo.
La secreción hormonal incide directamente
en el crecimiento del pez para lo cual el sistema endócrino sintetiza una
serie de hormonas, como son la somatotropina u "hormona del crecimiento",
la tiroxina y otras de menor incidencia.
La somatotropina (GH) se forma en la
hipófisis. De todas las hormonas que influyen en el crecimiento o en el
tamaño de los órganos, únicamente la somatotropina estimula el desarrollo
de todo el cuerpo, ejerciendo un efecto casi continuo sobre todos los
órganos. Para el crecimiento normal, esta hormona y la tiroxina segregada
por el tiroides parecen ser esenciales, siendo su acción mutuamente
complementaria.
Estas hormonas producen un aumento en la
síntesis de proteínas, dependiendo para esto de un aporte adecuado de
proteínas exógenas o de aminoácidos y vitaminas. Una absorción inadecuada
de proteínas empobrece rápidamente la hipófisis en hormona somatropina y
en células acidófilas que es donde se forma.
Los factores marcados por herencia
genética, así como los factores endócrinos internos no pueden ser
manipulados excepto bajo condiciones de laboratorio (irradiación,
inducción hormonal, etc) en cambio nuestra intención ha de apuntar a la
obtención de un equilibrio homoestático interno óptimo, favoreciendo la
alimentación y el hábitat.
Factores
biológicos: Todos los metabolitos, restos de plantas muertas y
de alimento presentes en el acuario, inician rápidamente su
descomposición. Cada uno de estos productos tiene una determinada demanda
bioquímica de oxígeno que consume un producto en el agua hasta que es
eliminado completamente por oxidación. Este factor es de extrema
importancia en los ríos que reciben vertimientos industriales no tóxicos.
En el acuario no se llega a tal extremo, pero sin embargo la falta del
oxígeno necesario incide en el desarrollo.
Así pues, para desarrollar y mantener un
desove lo más numeroso y proporcionado posible, es imprescindible tratar
de evitar la presencia de catabolitos, feromonas y residuos, proporcionar
una buena oxigenación y aportar agua nueva con tanta frecuencia como sea
posible. Estos cambios pueden consistir en renovar un tercio del agua del
acuario cada tres días, no siendo esta una regla estricta que dependerá
del total de peces, volumen del acuario y de la cantidad de restos de
comida. Los alevines tienen un desarrollo relativo que disminuye con el
tiempo. La velocidad de crecimiento de un pez es mayor cuanto más joven y
disminuye según se va haciendo adulto.
Por tanto el gasto energético y el
consumo de oxígeno son mayores en proporción en las primeras etapas
juveniles, pudiendo los adultos sobrevivir a largas temporadas con poca
alimentación, filtrando a través de las branquias pequeñas partículas en
suspensión (plancton, etc.) que si bien no sustituyen el alimento
principal permiten al pez mantenerse en condiciones relativamente
normales.
Sin embargo, los pequeños alevines que
reciben insuficiente aporte alimenticio detienen su crecimiento, entrando
en una fase estacionaria o de meseta en el desarrollo. Esto no implica un
enanismo futuro para el pez, puesto que cuando las condiciones adversas
lleguen a término y las dietas alimentarias sean correctas y abundantes,
podrá desarrollarse rápidamente.
Los peces que se desarrollan antes,
alcanzarán la madurez sexual antes aunque los que se desarrollan en un
espacio vital reducido lo alcanzarán con un tamaño pequeño.
También es necesario indicar que en
algunas especies, cuanto antes se produzca el primer desove, antes se
detendrá el crecimiento, ya que la madurez sexual se alcanza antes de
llegar al tamaño adulto debido sobre todo a la formación y liberación de
hormonas sexuales que cierran los puntos de crecimiento óseo.
Factores
físicos: Otros peces necesitan para su desarrollo óptimo unas
condiciones específicas, por ejemplo: Pterophyllum scalare necesita
una determinada presión e agua para su perfecto y rápido desarrollo, para
lo que aconsejamos una columna de agua con un mínimo de 40 cm. de altura,
mientras que los ciprinodóntidos no requerirán más que unos pocos
centímetros. Estos ya son factores geográficos propios del hábitat de
nuestros peces que han de ser cuidadosamente imitados, no tratando de que
la naturaleza se adapte a nuestro acuario, sino buscando las condiciones
óptimas para el pez, que sin duda son las que su biotopo le proporciona.
Acerca del pH y la dureza no vamos a
aportar nada nuevo que los aficionados no conozcan, simplemente decir que
cualquier alejamiento de las condiciones que la especie encuentre en la
naturaleza supone un trauma, así como dejar la puerta abierta a todos los
patógenos oportunistas que refirman su presencia en el acuario ya que el
sistema inmunológico de los peces se encontrará deprimido, disminuyendo
sus defensas naturales. Las enfermedades, sean del tipo que sean, siempre
producen un retraso en el crecimiento.
Un método poco ortodoxo de acelerar el
crecimiento de los peces es la elevación de la temperatura. Esto trae
consigo el aumento de la velocidad del metabolismo, que en presencia de un
aporte nutricional adecuado que ha de ser mayor que el que se suministra a
temperatura normal, producirá un crecimiento precoz en los peces. Esto no
implica un tamaño final mayor que el que obtendría el pez si su desarrollo
se produjera a la temperatura propia de su medio, sino lo que realmente se
está consiguiendo es avejentar al pe y consecuentemente adelantar el
momento de su muerte.
Adicionalmente no se ha de olvidar que el
aumento de la temperatura viene acompañado de la disminución gradual del
oxígeno disuelto en el agua siendo más rica en oxígeno las aguas frías y
más pobres las aguas templadas y cálidas.
No es recomendable tratar de corregir la
naturaleza, sino más bien tratar de imitar el orden establecido y no
producir variaciones que alterarían el delicado "equilibrio ecológico" que
es la meta que se persigue obtener en un acuario. |