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Enfermedades de los Peces
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Podredumbre bacterial de las
aletas |
Para entender los problemas que generan las enfermedades de los peces, se deben
manejar dos elementos: comprender el medio ambiente acuático y la experiencia.
Entendemos como experiencia la suma de los conocimientos teóricos elementales y
la capacidad de establecer un diagnóstico correcto.
Vamos
a dar por cierto que el acuarista comprende el medio ambiente acuático y que
efectúa controles regulares sobre la calidad del agua (medición de amoníaco,
nitritos, pH, etc.). Partimos de la base de que el ambiente en que viven sus
peces es aparentemente correcto y que realiza cambios de agua con regularidad.
También debemos dar por cierto que no se han introducido nuevos peces sin ser
sometidos a cuarentena. Si todas estas
medidas destinadas a prevenir no fueron suficientes y uno o varios de los peces
se han enfermado, debemos pasar al siguiente paso, o sea a diagnosticar la
enfermedad. Para que eso sea posible trataremos de explicar los síntomas y
patología de las enfermedades bacterianas más comunes.
Podredumbre
bacterial de las aletas.
Hace apenas 50
años que Schäperclaus señaló por primera vez esta enfermedad, conocida en
los países de habla inglesa como Tail Rot o Fin Rot.
A partir de
ese momento se han realizado estudios e investigaciones, fundamentalmente sobre
su etiología, y no siempre se ha llegado a opiniones coincidentes.
Esto es así porque en la etiología de la podredumbre bacterial de aletas
confluyen una serie de factores ambientales y una importante
cantidad de agentes microbianos. Normalmente deben darse estas dos condiciones para que se desencadene la
enfermedad, la cual puede atacar a un individuo o convertirse en
epizootia.
El Dr. Daniel Carnevia (obra citada al pie), menciona la epizootia de Texas que produjo 750.000 muertes
en la estación de piscicultura comercial, a lo largo de toda la cadena de
estanques (Toole & Tiller, 1864). Es
difícil diagnosticar la bacteriosis de aletas en los inicios de la enfermedad.
Esto es así porque apenas existen síntomas visibles, como no sea un ligero
enturbiamiento del borde de una o más aletas. Por lo general esta
enfermedad comienza en la aleta caudal.
Este enturbiamiento parece tener dos etapas diferentes:
1º una ligera opacidad poco perceptible, que por lo general se manifiesta
en un pequeño sector del borde de la aleta afectada.
2º un enturbiamiento, ligeramente blanquecino, que abarca un sector más grande
o todo el borde de la aleta atacada.
En el primer caso se debería al inicio de la colonización del organismo por
parte de las bacterias; en el segundo se trataría de una defensa del organismo
ante el ataque.
Sea como fuere, este es el momento en que más fácilmente se puede remitir la
enfermedad ya que los tejidos aún no han sido deteriorados en profundidad y una
simple desinfección de la zona afectada suele ser suficiente. Ver Tratamiento,
más abajo. En
poco tiempo el enturbiamiento se va convirtiendo en una línea bien marcada,
definidamente blanquecina, que abarca el tejido blando del borde de la aleta.
Esta línea no es otra cosa que la desintegración del tejido atacado a lo que
se suma un aumento de secreción epitelial y conjuntivo que produce el propio
organismo. A partir de esta etapa la
enfermedad puede tomar dos cursos paralelos:
>El proceso de colonización comienza a
progresar destruyendo no sólo los tejidos blandos, sino los radios
cartilaginosos de la aleta, de modo que la aleta se va disolviendo poco a poco
hasta quedar resumida a un muñón;

Riñón con Mycobacterium sp. |
> A la colonización original, generalmente
producida por Pseudomonas fluorescens y Aeromonas liquefasciens,
se le suman Mycobacterium sp. y Myxobacterias del género Cytophaga
columnaris y otras. Por otra parte, los tejidos necrotizados servirán de
hospedaje para hongos de los géneros Saprolegnia y Achyla.
Las
Myxobacterias que son colonizadores secundarios, con el transcurso del tiempo
pasan a ocupar un lugar preponderante dado su poder de destrucción de
proteínas. Mycobacterias son las responsables de enfermedades tales como
tuberculosis (ver fotos izquierda y más abajo).
Una vez que la colonización
destruyó la aleta y se localiza en el pedúnculo caudal, la enfermedad se torna
muy difícil de remitir ya que para ese entonces estará colonizado el torrente
sanguíneo dando lugar a una septicemia.
Estudios realizados durante los últimos 30 años han demostrado que la
enfermedad se propaga por el agua y por el contacto entre el tejido infectado y
uno sano. Si bien hemos mencionado
algunos aspectos de la etiología de la enfermedad, hay un aspecto que dejamos
para tratar ahora. Según todas las experiencias e investigaciones, para que se
desencadene una podredumbre bacterial de las aletas es necesario que se quiebre
el equilibrio entre las defensas del organismo y la población omnipresente de
bacterias, hongos y otros organismos. Es decir que se tienen que crear
condiciones favorables para que las bacterias facultativas se conviertan
rápidamente en patógenas.
Se ha comprobado que la mayoría de los peces dejan de producir o disminuyen
sensiblemente su producción de anticuerpos con la disminución de la
temperatura. Aún los peces tradicionalmente de aguas frías como Carassius
auratus, disminuyen notoriamente o dejan de producir anticuerpos IgM por
debajo de los 12º C, casi la misma temperatura que las carpas. En los peces
tropicales, pese a que hay muy poca información al respecto, se produce esa
disminución con variantes térmicas según las especies. Las experiencias
realizadas con Pterophyllum scalare marcan un límite de 19º C y en
Mollys negros (Poecilia latipinna) en 16º C. Por otra parte, el Dr.
Carnevia expone que en el P. scalare las bajas temperaturas inhiben
la secreción mucosa por un lado y la inmunidad celular superficial por el otro. Por
lo tanto si un pez se encuentra en un ambiente con temperatura por debajo de sus
requerimientos, deja de producir anticuerpos, reduce sus defensas epiteliales y
-por lo menos en el caso del P. scalare- pierde la inmunidad celular
superficial. De ahí a un ataque bacteriano (o de cualquier otro organismo) hay
muy poco espacio. Otros factores para que
se produzca una enfermedad bacterial pueden ser:
> pH
excesivamente bajo o excesivamente alcalino.
> Heridas no desinfectadas generalmente
producidas por roces contra superficies duras, riñas entre peces, maniobras al
manipularlos con la red, etc.
> El Dr. Amlacher por un lado y Reichenbach-Klinke
por otro, mencionan que la falta o escasez de ácido fólico (antianémico)
favorece la baja resistencia a las bacterias.
> La superpoblación de bacterias dentro del
acuario (exceso de materia orgánica en descomposición) y el contagio por
introducción de peces infectados, son tal vez las causas más comunes.

Quiste de Tuberculosis en riñón.
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Tratamiento
Aunque Schäperclaus no recomienda la pincelación sobre las zonas afectadas
porque las tinturas suelen dañar los tejidos del pez, el autor de ésta nota ha
obtenido resultados satisfactorios en el tratamiento de casos individuales (en
particular peces de porte medio a grande) mediante la utilización de iodo
orgánico (Povidona-iodo, solución con la marca Pervinox o similares) diluido en partes iguales en agua
destilada y en varios casos utilizándolo puro (sin diluir). Los peces
así tratados (en las primeras etapas de la enfermedad) se colocaron en acuarios
de cuarentena a temperatura máxima según la especie que se tratara y con agua
perfectamente limpia.
> Cuando la enfermedad se comenzaba a tratar en
una etapa un poco más avanzada, se obtuvieron resultados favorables mayores al
50% con oxitetraciclina (Terramicina) disuelta previamente en agua tibia
y colocada directamente en el acuario contaminado a
razón de 500 mg. cada 50 litros de agua, renovándose 1/3 del agua cada 24 hs y
repitiendo la medicación durante cinco días.
> En casos más severos, cuando el deshilachamiento
de las aletas se encontraba aún más avanzado, se utilizó con éxito el agregado de
cloramfenicol (Chloromicetyn de Parke Davies o similares) en la comida a razón de 1
mg. por gramo de alimento (o sea 250 mg. en 250 gramos de pasta). Debemos reconocer que,
en nuestro caso, muchas veces hemos
suministrado sobredosis sin que se hayan notado alguno de
los problemas que se suelen señalar en la literatura. Sin embargo teóricamente
sería lógico suponer que, en particular en pecílidos, la sobredosis de
cloranfenicol debería producir por lo menos una esterilidad temporal. Este tipo de
alimentación debe suministrarse durante tres días consecutivos.

Colonia de Aeromonas sp.
vistas al microscopio.
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Los tratamientos actualizados
>La Enrofloxaxina
(Producto de venta exclusivamente en veterinarias) se utiliza
a razón de 1 ml de solución al 10% cada
50 litros de agua, diluidos directamente en el acuario.
Esta sería la medicación que
recomendamos. En nuestro caso utilizamos Enrofloxacina de diversas marcas
comerciales con excelentes resultados en
casos bastante avanzados (incluyendo los ataques de Aeromonas
y Myxobacterias en Symphysodon
sp. [discus]). La dosis se repite
cada 48 horas al menos por una semana,
renovando parte del agua antes de cada dosificación. La
Enrofloxacina se puede agregar directamente en el acuario o diluirla previamente en un
recipiente adecuado para luego distribuirlo en el acuario.
Enrofloxacina se puede aplicar también en comprimidos, a razón
de 1 mg cada 2 litros de agua, repitiendo del mismo modo que se indica para la
solución al 10%.
Una alternativa para los comprimidos de Enrofloxacina sería la Ciprofloxacina,
que se adquiere en farmacias en comprimidos de 500 mg. Se aplica del mismo modo
que la anterior.
El Dr. Carlos Moreno
(Salta) recomienda la utilización simultánea de Tripaflavina al 1% (1 gramo cada 100
litros) como antiinflamatorio. El autor de esta nota ha observado que la Tripaflavina produce efectos fotofóbicos en
los peces, por lo que deberá mantenerse el acuario con muy poca luz mientras
dure el tratamiento. Ver nuestra nota
El ojo de los
peces que será de mucha utilidad al acuarista. Por otro lado, toda
manipulación de tripaflavina debe realizarse con cuidado puesto que al menos
uno de sus componentes es cancerígeno. Durante
los tratamientos debería desconectarse todo tipo de filtros reemplazándolos
por difusores de aire. Finalizado el tratamiento se reemplazará diariamente 1/3
del agua del acuario durante los siguientes cinco o seis días, incorporando a
partir del tercer día un filtro con carbón activado hasta que desaparezca por
completo cualquier residuo de los medicamentos empleados. Durante el reemplazo
del agua se debe producir un sifoneo profundo, extrayendo el agua desde abajo de
las placas succionando por los tubos (o picos) extractores. Debajo de las placas
se habrá depositado una importante cantidad de biomasa que de no extraerse
será caldo de cultivo para bacterias anaeróbicas. Existen
otros medicamentos posibles de ser utilizados, los cuales se exponen en otra
página de este Web (ver Enfermedades2>Tablas). Sin
embargo, hasta el momento la Enrofloxacina no ha generado resistencias, lo
cual lo convierte en el producto más recomendable. El
mejor tratamiento es siempre la prevención: alimentación buena y variada,
higiene y control de la calidad de agua, son los puntos a tener en cuenta por el
aficionado. En este caso serán excepcionales los casos de enfermedades. La
cuarentena de los peces nuevos es también fundamental para evitar contagios.
BIBLIOGRAFÍA:
Amlacher, Erwin. Manual de Enfermedades de los Peces. Edit.
Acribia, España, 1964
Carnevia, Daniel. Podredumbre Bacteriana de las Aletas.
Enciclopedia Técnica A.U.D.A., Montevideo, Uruguay (s/f)
Conroy, David A. Las Enfermedades de los Peces y su Curación.
Edit. Vida Acuática, Barcelona, España, 1974
Huet, M. Tratado de Piscicultura; Mundiprensa, Madrid, España,
1978
Petracini, Roberto A. Enfermedades Bacterianas en Peces Ornamentales;
Ediciones El Acuarista, Bs. As., Argentina, 1979
Reichembach-Klinke, H. - H. Claves para el Diagnóstico de las
Enfermedades de los Peces; Adit. Acribia, Zaragoza, España, 1976
Sarig, S. Diseases of Fishes; Ed. T.F.H., Neptune City, N.J.,
U.S.A., 1972
Sorín, Saúl (S. S. Aries) Acuarama Nº 9-Enfermedades; Ediciones
Littec, Buenos Aires, Argentina, 1972
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