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Enfermedades de los
Peces
© Roberto Petracini
Parásitos
("Puntos blancos" y Oodinium)
(protozoos 1)
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Entre
las enfermedades más comunes en acuarios se encuentran las producidas por parásitos.
Son parásitos los responsables de “puntos blancos”, “opacidad de la
piel” y otras formas de enfermedades. También
son parásitos protozoos los responsables de la enfermedad del “agujero en la frente”
del discus y de la “enfermedad del neón”. Hay parásitos externos (que
atacan piel y/o agallas) y parásitos internos (que atacan órganos vitales).
Dentro
del grupo de pequeños (y no tan pequeños) animales parásitos, encontramos los
Protozoos, que se diferencian entre sí por los instrumentos que utilizan para
movilidad y por la forma de reproducirse. A ellos dedicaremos la primera parte
de esta serie.
En
esta misma página:
Oodinium
Protozoos
Existen protozoos que se nutren como parásitos y otros que no. Entre los últimos
tenemos una abundante cantidad de protozoos que se utilizan como uno de los
primeros escalones de la cadena alimenticia. En el caso de los peces, muchos
protozoos microscópicos forman parte del primer alimento para alevines que
globalmente denominamos “infusorios”. Algunos protozoos podrían ser
clasificados como vegetales por poseer clorofila.
Los protozoos son unicelulares (una única célula). Esas células pueden estar
provistas de cilios o flagelos, determinándose así si el protozoo el cilíado
o flagelado. Cilios o flagelos son los medios de locomoción de que se
valen para movilizarse.
Por su parte los esporozoarios o mixosporidios se diferencian,
además, por su sistema de reproducción (se multiplican por desdoblamiento
celular) y por ser parásitos intracelulares. Su nutrición se produce por ósmosis.
Todos los miembro de esta Clase son parásitos y los diferentes géneros y
especies fueron encontrados en individuos de todos los Phyllum animales.
El nombre deriva del hecho de que las esporas son estados conspicuos (o
fundamentales) de sus ciclos vitales. Las esporas de estos diminutos animales
son células con cubiertas especiales protectoras que soportan condiciones
ambientales extremas: altísimas o muy bajas temperaturas, humedad elevada o
sequía, presión atmosférica alta o baja, etc. Esto, junto al hecho de ser
intracelulares (que se introducen en las células) y multiplicarse por simple
desdoblamiento celular, los hace enemigos muy peligrosos para los peces (y para
todos los animales vivos, incluso en hombre). Por ejemplo, cuatro especies del Género
Plasmodium son los responsables de la malaria, utilizando al mosquito Anopheles
como huésped para completar su ciclo vital.
Ichthyophthirius
multifiliis
Estado
avanzado de ictiophthyriosis.
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Tal vez la
enfermedad más común en los acuarios (tanto o más que enfermedades
bacterianas) sea el “punto blanco”.
Está producida por Ichthyophthirius multifiliis
un protozoo cilíado que
normalmente es tolerado por los peces y que, mediante frotis y análisis microscópico,
puede localizarse en muchos peces sanos (ornamentales o no). De hecho conviven
en equilibrio hasta que algún factor externo rompe ese equilibrio y el parásito
reactiva su ciclo vital. Es decir que es un parásito oportunista, ya que hasta
ese momento permanecía en reposo o nutriéndose en semi letargo.
Mientras el parásito permanece enquistado en el cuerpo de un pez puede ser
considerado indestructible con los medicamentos convencionales ya que el propio
pez construye un recubrimiento de mucosa epitelial que aísla el parásito del
agua. En este caso sólo será posible combatirlos mediante un producto que sea
asimilado por ósmosis (o por ingestión, agregado a algún alimento).
En los
finales de la década del 70 la firma Dainippon Pharmaceutical de Osaka, Japón,
produjo un preparado denominado Furanace-P, cuya droga activa era el
Nifurpirinol, un nitrofurano desarrollado exclusivamente para peces. Tras 10
años de producirlo, por considerarlo poco rentable ante la necesidad de renovar
patentes mundiales, su fabricación se descontinuó. Furanece-P fue el único
medicamento conocido que era lo más parecido a una panacea universal, ya que
era 100% eficaz contra puntos blancos en cualquier etapa de su desarrollo. Pero
también era efectivo contra septicemia y otras enfermedades bacterianas, hongos
internos y externos, parásitos de agallas, etc.
En la actualidad con la marca Furanace la firma Abbot de Estados Unidos produce
el Nifurpirinol bajo patente de Dainippon, pero los resultados prácticos
obtenidos no son los mismos.
De este modo, en la actualidad no existe un medicamento capaz de actuar sobre el
parásito enquistado.
Microfotografía
del quiste.
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Por
esa razón, cuando aparezcan los primeros síntomas de actividad, o sea ni bien
se evidencian los primeros “puntos blancos” (el lugar donde se los localiza
más fácilmente es en las aletas), debemos medicar el acuario y
acelerar el ciclo del parásito mediante el aumento de la temperatura. Esto último
los estimula a desprenderse de la piel y esparcirse por el acuario, momento
en el cual el medicamento es efectivo.
Por otro lado, las sustancias que componen los medicamentos tienden a degradarse
por acción del tiempo y por estar en contacto con la luz y el agua. Esto hace
necesario repetir diariamente la dosis de medicamento, al menos por una semana o
hasta que se observe la desaparición de quistes durante dos o tres días
consecutivos. En el caso de que se utilicen medicamentos comerciales, deberán
seguirse las indicaciones del fabricante.
En algunos peces (como por ejemplo en Jack Dempsey Blue), los puntos blancos no
se visualizan a simple vista y con ayuda de una lupa apenas se distinguen.
La
mayoría de los productos que en la actualidad se fabrican para combatir
“puntos blancos”, son a base de verde de malaquita y otras sustancias. Deberá
tenerse en cuenta que ciertos peces resultan particularmente sensibles al verde
de malaquita (entre ellos muchos tetras, barbus, besadores, algunos cobítidos
como Botia, ramfíctidos, tetragonopteridos y otros). Por lo tanto al aplicarse
esta medicación por primera vez en un acuario deberá aplicarse
la dosis dividida en tres o cuatro aplicaciones separadas entre si por 20 a 30
minutos. Deberá observarse, durante las
dos horas posteriores a la última aplicación, la reacción de los peces. Si manifiestan síntomas de
intoxicación se procederá de inmediato a la renovación de entre un tercio y
la mitad del agua, hasta comprobar que los peces vuelven a su respiración
normal. En casos de dudas sobre la sensibilidad o no, se recomienda colocar uno
o dos peces en un recipiente separado y aplicar la medicación en la dosis indicada. Si
no se observan síntomas de intoxicación en los ejemplares
testigo podrá medicarse el acuario general.
Tratamiento.
En algunos peces que soportan altas temperaturas, suele ser suficiente elevar a
30º C la temperatura del agua para que el parásito libre muera y el enquistado
se desprenda aceleradamente de la piel. Este es el tratamiento recomendado por
el criador Héctor Luzardo, para los ejemplares juveniles de Blue Dempsey (o
Jack Dempsey Azul), pese a que soportan perfectamente tratamientos químicos.
I. multifiliis
(microfotografía)
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Compara el dibujo con
la microfotografía
para la
identificación microscópica |
Ya
hemos mencionado que el verde de malaquita es el medicamento básico que se
viene empleando a partir de experiencias realizadas entre 1959 y 1961 por
diversos investigadores. Ajustes en las dosis y combinaciones con otros
productos lo hacen menos tóxico y más efectivo.
El problema apareció cuando al aplicarse en peces para consumo humano (carpas y
truchas) se comprobó que los peces adultos así tratados no resultaban aptos
para alimentación humana.
A partir de ese momento quedó limitado para
tratamientos de alevines y ejemplares jóvenes.
El verde de malaquita fue prohibido en medicamentos para humanos hace ya muchos
años.
En cuanto a los peces ornamentales, no existe ningún problema en utilizarlo ya
que, en dosis adecuadas y eventualmente potenciado con otros productos, termina
destruyendo el citocromo c del parásito, al tiempo que ejerce una acción
estimulante para que abandone rápidamente la piel (Deufel, 1960 y Amlacher,
1961).
Por
otro lado las observaciones de aficionados al acuarismo con tetra cardinal y
otros peces de aguas ácidas, permitieron comprobar que Ichthyophthirius multifiliis
no puede sobrevivir en aguas con pH muy bajos. Wagner (1960)
hizo la demostración práctica de que a pH 5,5 los quistes mueren,
interrumpiendo el proceso de infestación. Este sería el motivo por el cual
ciertos peces amazónicos (como los tetras), están libres de este parásito en
su ambiente natural y al mismo tiempo son mucho más proclives a enfermarse de
“ictio” cuando se los coloca en
un ambiente inadecuado, ya que carecen de defensas contra el parásito en su
información genética.
Otra
ayuda al tratamiento de peces infectados para consumo, fue la comprobación que
los parásitos libres mueren al cabo de 36-72 horas si no logran encontrar un huésped
a quien parasitar. Trasladando cada 12 horas los peces de un recipiente o estanque
a otro y sin necesidad de medicar, los peces quedan libres de parásitos al cabo
de 84 horas. Otro tanto ocurre con los peces de acuario.
Sin
duda que al aficionado acuarista le resulta mucho más práctico y económico
dirigirse a un comercio del ramo, adquirir un medicamento contra puntos blancos
y resolver el problema rápidamente. Consultando con el proveedor respecto a los
peces y su resistencia al tratamiento, se podrán evacuar dudas, no obstante lo
cual siempre que se aplique un medicamento por primera vez en un acuario (como
ya mencionamos) deberá observarse la reacción de los peces durante al menos
las dos horas siguientes.
Algunos
aficionados y la mayoría de los criaderos (y sin dudas, todas las factorías),
cuentan con su propio laboratorio y el arsenal de drogas para tratar
enfermedades.
Para ellos y para los que desean practicar un poco de alquimismo, hemos
elaborado nuestras tablas de diagnóstico y tratamientos, a las que se accede
haciendo clic más abajo. Tanto para el criador profesional como para el
comerciante o el aficionado, estas tablas serán materia de consulta permanente,
por lo que sugerimos bajarlas a un archivo y luego imprimirlas.
Las siguientes medicaciones son indicadas para puntos blancos en acuarios
ornamentales y también en piscicultura en gran escala. En nuestra Tabla C
(Terapéutica) se encontrarán otras soluciones a gran escala.
a. Sulfato o Clorhidrato de Quinina.
Se disuelve 10 gramos en 1 litro de agua destilada, como solución madre. Se
guarda en un lugar fresco y oscuro.
De esa solución se aplican 3 dosis (una cada 12 horas) de 10 ml. por cada litro
de agua del acuario. Al cabo de 36 horas tendremos una concentración de 30 mg.
de quinina por litro de agua.
Esta solución puede producir temporalmente esterilidad en los peces y dañar
las plantas. Éstas últimas se retirarán del acuario y se desinfectan con una
solución de vinagre (una taza de té en 5 litros de agua), manteniéndolas así
durante tres días.
b. Mercurocromo.
Recomendado para
tratar acuarios de agua fría.
Se disuelven 2 gramos en 100 ml. de agua destilada como solución madre. Guardar
en lugar fresco y oscuro.
Para medicar se aplica una gota cada dos litros de agua, con temperatura
inferior a 25º C. No exceder la dosis.
c. Verde de malaquita. Para acuarios de
agua fría y tropicales
Se disuelven 4 gramos en 1 litro de agua (solución al 0,40%). Se aplica a razón
de 1 gota por litro de agua del acuario, repitiendo a diario hasta tres días
después de desaparecidos los síntomas.
A esta solución se le puede adicionar 0,04% de quinina y 0,05% de acriflavina
(tripaflavina) para darle mayor efectividad. La acriflavina actúa como
antiinflamatorio y produce fotofobia, por lo que el acuario debe permanecer con
poca luz (ver El Ojo de los Peces). Ya hemos
mencionado que toda manipulación de tripaflavina debe realizarse con cuidado
puesto que al menos uno de sus componentes es altamente cancerígeno.
Pisciodinium
(Oodinium) sp.
Oodinium pillularis
(enquistado en la piel)
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Los
protozoos de éste Género se presentan de una forma muy similar a “ictio” y
se reproduce por medio de quistes, del mismo modo que el
anterior. Su tamaño es menor y el aspecto de los peces contaminados se
diferencia bastante de los atacados por puntos blancos.
La piel de los peces atacados presenta una apariencia de “entalcado”
por centenares de pequeñísimos puntitos de 0,013 mm (130µ). De hecho se
la menciona como "Velvet" o "enfermedad del
terciopelo". Esta
pulvurulencia se puede presentar de color amarillo rojizo (color del óxido de
hierro) si el agente causal es Pisciodinium limneticum. Cuando el causante es
Pisciodinium pillularis la coloración es blanco grisácea. En cualquiera de
ambos casos el comienzo de la enfermedad puede pasar desapercibido por lo que
deberá ponerse atención a cualquier modificación en el comportamiento de los
peces. Por otra parte al iniciarse el proceso puede confundirse el diagnóstico
con el inicio de una fungosis dada la opacidad inicial de la zona afectada, que
puede hacer pensar en un ataque de Saprolegnia.
Al igual que Ichthyophthirius, este protozoo tiene en su ciclo una fase
de parasitismo durante la cual se localiza en la piel, aletas y ocasionalmente
en las branquias de los peces seguida de una etapa posterior de enquistamiento
durante la cual se produce una serie de divisiones internas que generan de 32 a
64 dinosporas en O. Pillularis y hasta 256 en O. Limneticum. Las
divisiones se realizan en múltiplos de 32. La fase final del ciclo es la
natación libre por medio de sus flagelos, en búsqueda de un pez hospedador en el
cual reiniciar el proceso.
Pez atacado por Oodinium
sp.
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Como todo parásito se nutre de materia orgánica viva, fijándose al epitelio
mediante un citostoma (con apariencia de raíces). En tal circunstancia secreta
enzimas que llegan a disolver parcialmente los tejidos, apareciendo pequeños nódulos
de color blancuzco.
En condiciones normales las dinosporas libres recién desprendidas del quiste no
sobreviven más de 36 horas, por lo que en el caso de incorporarse plantas
nuevas al acuario, bastará tenerlas 48 horas en cuarentena para asegurarnos de
no introducir este protozoo al acuario.
No ocurre lo mismo con los peces, ya que pueden portar el parásito durante mucho
tiempo a la espera de condiciones favorables para reproducirse.
Terapéutica.
La medicación en los acuarios de agua dulce es la misma que se utiliza para
combatir “ictio”. En los acuarios marinos (no usar con invertebrados) la
terapéutica debe necesariamente ser diferente, por lo que se recurrirá a
aplicar 1,6 mg. de sulfato de cobre puro (SO4Cu)
por cada litro de agua. Esta terapéutica
también da buenos resultados en acuarios de agua dulce si se le adiciona
cloruro de sodio a razón de una cucharada sopera (15 gramos) cada 10 litros de
agua.
Después de usar cobre en acuarios de agua dulce, si no se desea renovar el agua al finalizar el
tratamiento, puede aplicarse ácido tánico al éter (una cucharadita de té al
ras cada 50 litros). Entre 36 y 48 horas después se aplicará un filtro con
carbón activado para eliminar la coloración oscura del agua.
En los acuarios marinos la solución es diferente, pues si bien la dosis
indicada se encuentra dentro de los parámetros tolerados por los peces, el
proceso de reducción del cobre es muy lento. Deberá medirse la concentración
con un test de cobre y si es mayor a lo recomendable, deberá cambiarse
parcialmente el agua hasta llegar a niveles aceptables.
Reiteramos que los
invertebrados marinos no toleran la presencia del ión cobre en dosis aun menores que las indicadas.
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