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Filtración 5.
© Roberto Petracini
Sistemas y materiales
filtrantes
(Segunda
parte) |
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Tanto los filtros mecánicos como los biológicos, parten
de la base de un sentido de circulación del agua.
Por lo tanto siguiendo ese sentido de circulación, deberán ubicarse los
materiales que retendrán las impurezas.
La capa superior estará compuesta por el material de poros
más grandes, la inferior con los
de menor tamaño. Por otra parte todo este material se apoyará sobre una
rejilla que sostenga el material y permita el paso del agua hacia lo que se
denomina cámara de recuperación.
En la cámara de recuperación, el agua filtrada es tomada por el tubo extractor
y por el medio que fuera (inyección de aire, turbina o bomba centrífuga) es
devuelta al acuario.
Es decir que se trata de un sistema vertical y se utiliza
en la casi totalidad de los filtros.
Existe también un sistema horizontal, en el cual el agua a
filtrar entra por uno de los costados, atraviesa diferentes tabiques y es tomada
desde la cámara de recuperación para ser devuelta al acuario.
En recipientes de tamaño adecuado, el mecanismo del
filtrado vertical es también el utilizado para los filtros con cámara de aire
(wet-dry). Sobre el particular, recomendamos visitar la página
sobre el tema.
En el siguiente gráfico se muestra el esquema del filtro wet-dry.
En el sistema horizontal la disposición de
las capas filtrantes es aproximadamente la misma con la diferencia que entre
cada grupo de material filtrante se coloca un tabique o rejilla separadora que
fuerza la circulación en determinado sentido.
Arriba:
Izquierda: esquema del filtro de rebalse en una de sus primeras versiones.
Derecha: Filtro rebalse de diseño actual
En los filtros externos de gran capacidad,
la cámara de recuperación suele ser el lugar más apto para colocar uno o
varios tubos ultravioleta en aquellos casos que deban ser utilizados. De no ser
posible ubicarlos dentro, los UV serán colocados lo más cerca posible de
dicha cámara. Debe tenerse en cuenta que los tubos UV o cualquier lámpara de
este tipo, deben encontrarse encerrados en un recipiente que impida la salida de
la luz al exterior. Es decir, dentro de tubos de plástico inerte (como el PVC)
negros u oscuros. La exposición a la luz ultravioleta produce severos daños en
la vista y la piel, tanto a los peces como cualquier otro ser vivo (incluyendo
el hombre). De hecho su función es matar por simple exposición a la radiación
ciertos organismos inferiores como parásitos y bacterias. La cámara de
recuperación también suele ser el mejor lugar para alojar un calefactor
sumergible, de modo que se compensa el enfriamiento sufrido por el agua en el
recorrido por los distintos sustratos del filtro.
En los filtros pequeños, o sea los que se
utilizan en la mayoría de los acuarios de aficionados, solamente los filtros de
“cascada” o “rebalse” tienen la posibilidad de utilizar la cámara de
recuperación como recipiente para un calefactor. Algunos fabricantes de filtros
proveen un calefactor “a medida” como un accesorio adicional.
Como vemos no hay muchas opciones en lo que hace a la
circulación de agua a través del material filtrante. En los filtros mecánicos
puede ser horizontal o vertical. En los filtros de placa, solamente en sentido
vertical, en unos casos de arriba hacia abajo y en otros en sentido inverso.
El ingenio de muchos aficionados, sumado al conocimiento
del tema del filtrado, ha producido innumerables formas y modelos de filtros,
algunos de los cuales son particularmente efectivos. El famoso filtro de ruedita
se conoce entre los aficionados desde los años 70 y fueron publicados
diferentes modelos en revistas de las asociaciones de acuaristas de todo el
mundo. La industria tomó la idea original, le adicionó diseño y hermosos
estuches y se vendieron por miles. El filtro de esponja que popularizó Tetra,
se usaba entre aficionados europeos 10 años antes de ser fabricado por dicha
empresa.
Los filtros de rebalse o cascada se originaron en otro diseño amateur: una
división dentro del mismo acuario.
Dentro de esa división se colocaba el material filtrante y el agua era
impulsada dentro del acuario por acción de un tubo sujeto a una placa biológica.
En nuestro país, hace más de 30 años, algunos fabricantes de peceras
incorporaron el sistema utilizando vidrio esmerilado para ocultar el material
filtrante. El esquema de dichos acuarios se representa seguidamente.
El inconveniente de este
sistema es la dificultad para limpiar el material filtrante. Se facilita la
tarea al colocarse dicho material en una red o canasta de plástico que pueda
extraerse. Dichas mallas pueden adquirirse en diversos comercios del ramo.
Inspirados en este diseño, los fabricantes de filtros lanzaron los primeros
filtros de rebalse. Algunos modelos, accionados por aire, datan de 1960 o antes,
mientras que los eléctricos horizontales salieron al mercado un poco después.
Pero claro
que este tema no se agota aquí, por lo que es necesario ampliar un poco
más. El próximo tema de esta serie de notas es el
carbón
activado.
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