Si repasamos
las muchas especies de cíclidos que incluye el
género Gymnogeophagus,
encontraremos varios cíclidos de buen
colorido, adaptables a la vida en acuarios y
relativamente fáciles de reproducir si les
ofrecemos las condiciones adecuadas.
Rondando los
15 centímetros de longitud en los machos
adultos, el Gymnogeophagus gymnogenys
es un cíclido mediano, muy interesante tanto
por su colorida apariencia como por su
comportamiento reproductivo.
Se trata de un cíclido de forma alargada, de
complexión fuerte, y movimientos vigorosos.
Los machos suelen tener una apariencia mas
elevada, debido a la giba que desarrollan
sobre su cabeza durante los meses de calor,
cuando comienza la temporada de cría. Los
machos, además de ser mas grandes y tener la
mencionada giba, suelen ser mas coloridos que
las hembras y sus aletas impares son mas
largas y terminadas en punta. Hay muchas
variedades de esta especie, que va cambiando
según la zona en que es capturada, con
diferentes tonos en su color de base, que va
del amarillo al rojo fuerte. Muestran escamas
iridiscentes verdes o azuladas sobre el
cuerpo, y pequeñas manchas redondeadas en las
aletas caudal, anal y dorsal. Es frecuente que
muestren una mancha negra sobre los ojos, a
manera de antifaz.
Podemos decir que los gymnogenys
integran el grupo de cíclidos sub-tropicales,
ya que estos peces viven en zonas que pueden
presentar, en invierno, temperaturas cercanas
a los 14 grados centígrados. A pesar de esto,
yo recomendaría conservarlos entre los 18 y 24
grados para que mantengan su mejor estado
sanitario. Algunos autores señalan que no es
conveniente mantenerlos todo el año a una
temperatura elevada, mediante
calefacción, sino que conviene que pasen un
par de meses a una temperatura un poco mas
fría (18-20) ganando de esta forma en salud y
longevidad.
Gusta de buscar sus alimentos en el suelo,
tomando un puñado de arena, o grava, y
escupiéndolo a media agua para encontrar sus
alimentos. Su dieta es variada, con un
predominio de alimentos de origen animal
aunque a veces incluye algunos elementos
vegetales.
Se le puede dar una buena escama o pellet como
alimento base, complementándolos con alimentos
vivos como lombrices de tierra o Daphnia, así
como mejillones, krill o hígado picado.
Generalmente no recomiendo el uso de tubifex
para evitar complicaciones sanitarias.
En cuanto al pH, un valor neutro, o apenas
ácido los hará sentir a gusto, recordando que,
por su costumbre a escarbar en el fondo,
necesitaremos un filtro potente, que absorba
todo el detritus que los peces levanten.
Los G. gymnogenys son peces flexibles,
que se adaptan a cualquier tipo de alimento,
aunque al principio pueda costar un par de
días estimular la alimentación en ejemplares
salvajes.
De carácter territorial, es bueno ofrecerles
piedras, plantas y macetas como escondites
donde puedan tener una zona que sientan como
propia, y refugiarse en ella si son
perseguidos. Pueden ser alojados con algunos
otros cíclidos de tamaño y hábitos similares,
pero si queremos conseguir la reproducción de
esta especie, será mejor alojarlos en una
pecera para ellos solos, o acompañados por
algunos caracínidos y Corydoras que se
adapten a las condiciones del acuario.
La reproducción es, por cierto una de las
facetas mas interesantes de este cíclido.
Las investigaciones señalan que los machos
dominantes del G. gymnogenys,
establecen territorios mas o menos grandes,
dentro del cual, varias hembras conviven mas o
menos pacíficamente, cada una con su propio
territorio.
El macho desova sucesivamente con cada una de
las hembras, pero no se encarga del cuidado de
las crías, sino que se limita a ahuyentar del
territorio a posibles predadores así como a
otros machos que intenten acercarse a las
hembras de su "harén".
Por esto será conveniente poner un solo macho
y varias hembras en nuestro acuario, que
deberá tener una capacidad de unos doscientos
litros, para evitar peleas tan intensas que
deriven en peces lastimados.
Una vez que la hembra se muestra lista a
desovar, el macho realiza un cortejo mas bien
sencillo que incluye un cierto temblequeo del
cuerpo y las aletas y fuertes movimientos de
la mandíbula, que recuerdan a movimientos de
masticación.
Las puestas son medianas, de entre treinta y
sesenta huevos, y quedan adheridas sobre
alguna roca u otra superficie plana. Una vez
que ha fecundado los huevos, el macho se
retira y la hembra queda a cargo del cuidado,
limpieza y ventilación de la puesta.
Muchas veces la hembra cubre los huevos con
arena o pequeños guijarros, para esconderlos
de posibles predadores.
Un día o dos después, según la temperatura,
los huevos eclosionan y es allí cuando la
hembra toma en su boca las crías para
guardarlas allí durante siete a diez días,
luego de los que son expulsadas ya con plena
capacidad de nadar y buscar su alimento.
Durante algunos días, la hembra tomará en su
boca a los alevines cada vez que algún
potencial peligro se aproxime, pero dejara de
hacerlo conforme las crías crezcan.
Poco a poco el grupo de crías se dispersa y
cada una toma su camino.
Esta modalidad reproductiva es descrita por
los ictiólogos como "incubación bucal
larvófila" ya que se incuba a los huevos en la
boca una vez que estos han eclosionado y suele
hacerse referencia a los alevinos recién
nacidos como "larvas".
Si la pecera es lo suficientemente grande
puede dejarse a la hembra con su puesta en la
misma pecera que el macho, aunque deberá
ponerse atención al momento en que ella libera
a las crías para que estas naden libremente,
ya que podrían ser devoradas por el padre.
Otra opción mas segura es trasladar a la
hembra, con su boca llena de crías, a otra
pecera mas chica, donde podrá liberar a salvo
a su descendencia.
Sin duda, el Gymnogeophagus gymnogenys,
por su tamaño mediano, colorida apariencia y
comportamiento reproductivo, es una elección
interesante para aquellos que estén buscando
una experiencia con los cíclidos de las aguas
sudamericanas.
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