Hippocampus taeniopterus
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Acuarismo Marino
Los Caballitos de
Mar
(Hippocampus sp)
(2ª parte)
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Alimentación:
Hay un verdadero tabú cuando se trata de caballitos de mar. En diversos artículos
y hasta en libros especializados es común la mención de que la alimentación
debe constar únicamente de alimentos vivos, caso contrario, no será aceptada.
Esto no es verdad, conforme lo mostramos más adelante.
Por contar con una boca muy pequeña (en el final de un hocico tubular), sólo
consiguen ingerir pequeñas presas. Estas deben ser, como máximo, un poco
mayores que la boca (en este caso serán trituradas por el fuerte efecto de la
succión). Algunos de los alimentos que pueden llegar a conseguirse con mayor
facilidad, son los crustáceos
Gamarídeos y Caprelídeos marinos, que se localizan en las colonias de
Brizoários,
sobre los crustáceos, en las algas marinas y sobre las estrellas de mar. Antes
de ser suministrados deben ser sometidos a un shock osmótico (introducirlos en
agua dulce durante 60 segundos). Miden aproximadamente de dos a diez milímetros.
Cuando se suministran congelados, deben ser muy bien lavados.
La Artemia salina también es un alimento recomendado. En los comercios puede adquirirse viva de un tamaño próximo
a los 10 mm. y algunos acuarios las vendes deshidratadas y también congeladas o
en solución salina. La preferencia obviamente será por suministrarlas vivas o
congeladas. La ventaja de poder criarlas en casa nos proporciona una fuente de
alimento segura y sana.
Debe tenerse mucho cuidado de no suministrar las “cáscaras” (corion) de las
artemias junto con los nauplius, pues puede producir severos daños ya que no son
digeridas. Muchas veces, por su pequeño tamaño, los nauplius son despreciados
por ejemplares adultos.
Los alevines de algunos vivíparos (Lebistes, Madrecitas del género Phalloceros,
Mollys), son aceptados pero no tan bien como los crustáceos. En realidad sólo son útiles
en situaciones de emergencia.
Si no contamos con crustáceos, pueden ser suministrados, todos ellos
vivos, larvas de Drosophila (mosquita de las frutas), microvermes (Angulilla
silusiae, enquitreas
y otros), y hasta el mismo tubifex.
Durante 19 meses mantuve dos machos de caballitos de mar en un acuario de 30
litros. Los Hippocampus reidi se alimentaban esporádicamente de
alimentos vivos. Normalmente comían congelados. A tal fin retiraba el alimento
del congelador poco antes de colocarlo en el acuario, para que su temperatura se
iguale a la del medio ambiente. Al colocar el alimento con una pequeña cuchara
balanceaba el agua para que los alimentos adquirieran movimiento como si
estuvieran vivos. El flujo del filtro biológico también ayudaba. Se
alimentaron normalmente y, pasados algunos meses, ya venían a buscar el
alimento en mi mano. Un detalle importante es que la alimentación debe variar
todo lo posible para evitar que pierdan interés en comer.
Hippocampus erectus
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Reproducción:
La reproducción se compara a un verdadero ritual que puede durar hasta dos
horas. La hembra comienza a cortejar al macho iniciando una magnífica danza;
después de un rato entrelaza al macho con la cola. Los movimientos ejecutados
sirven para que salga todo lo que el macho pudiera tener en la bolsa.
La hembra introduce el tubo ovopositor en el orificio de la bolsa y deposita los
óvulos que, acto seguido, son fecundados al pasar por el conducto de entrada.
El macho realiza seguidamente torsiones que le permiten acomodarlos en la bolsa,
en la cual se pueden acomodar hasta 600 huevos. Normalmente una sola hembra no
logra colmar la capacidad de la bolsa, siendo necesario tres para eso..
Los huevos eclosionan algunos días después de la fecundación, y los embriones
quedan protegidos en la bolsa del macho. En la época de la reproducción, esta
bolsa se torna altamente vascularizada; la sangre que circula por los capilares
distribuye material nutritivo a los embriones por ósmosis.
Pasadas aproximadamente cinco semanas nacen con cuatro milímetros, en promedio,
yendo hasta la superficie para llenar la vejiga natatoria de aire. Normalmente
apenas sobreviven un 5% en el mar. En el acuario difícilmente resistan por
falta de una alimentación adecuada. Puede intentare con nauplius de Artemia y
plancton, suministrado cada dos horas. Sin embargo lo más aconsejable es
retornarlos a su hábitat natural, siempre teniendo en cuenta que haya
presencia de la especie en el lugar.
(Nota del traductor: no
olvidar que el autor es de Río de Janeiro, y algunas recomendaciones son
válidas para los aficionados de su país. En Argentina sería imposible
localizar poblaciones de Hippocampus tropicales. Por otra parte, los
caballitos del litoral argentino no se prestan para ser mantenidos en acuarios
normales ya que exigen refrigeración o aguas bastante frías en forma permanente. Así
que al intentar alimentar las crías tropicales se debe partir de otras bases
como por ejemplo intentar el cultivo de plancton marino en acuarios con agua
marina natural o sembrar un acuario de agua sintética con agua marina natural
que contenga plancton); probar con Anguililla silusiae y nauplius de Artemia
salina.)
Enfermedades:
Hippocampus es resistente a las enfermedades; sin embargo pueden
atacarlos algunas dolencias tales como:
Guglea: debido a la presencia de un microsporo y puede afectar funciones
vitales y órganos internos. El tratamiento exige utilizar sulfato de cobre,
permanganato de potasio o medicación comercial para uso en acuarios.
Argulus: el “piojo de agua” tiene su versión marina y lastima la
piel produciendo heridas que pueden dar lugar a infecciones secundarias. Cambian
de hospedador frecuentemente. Cuando se los localiza, deberá ser apretado
fuertemente con una pinza (sin tironear). Al morir será
fácil sacarlo sin lastimar al pez.
Embolia: Si bien no es propiamente una enfermedad, puede producirse
porque los Hippocampus suelen ingerir burbujas de aire que se van
acumulando en el interior del cuerpo, haciéndoles perder el equilibrio. En algunos
casos es posible curarlo perforando en el lugar afectada con una aguja de
jeringa, permitiendo que el aire salga por la aguja. La segunda posibilidad es
un shock térmico (colocarlo en un recipiente con cubitos de hielo) y cuando el
cuerpo quede rígido, masajear el lugar afectado hasta que vuelva a la
normalidad..
Especies brasileñas:
Hippocampus erectus: especie con el hocico corto. Es la
menos común en Brasil.
Hippocampus reidi: especie con el hocico largo y con
manchas circulares en todo el cuerpo. Algunas veces clasificado con el nombre
incorrecto de Hippocampus hudsonius.
Especies argentinas:
Hippocampus erectus: ver descripción en la tabla, más
abajo. Se lo localiza en el litoral marítimo hasta Puerto Madryn, en éste
último lugar con temperaturas muy bajas.
Especie
|
Nombre
común |
Clasificador |
Algunos
Datos merísticos |
Tamaño
máximo |
Localización |
H.
brevirostris
|
Caballito
de hocico corto
|
Cuvier
|
Cuerpo
con 41 segmentos
Dorsal con 17-18 radios
|
20
cm
|
Mar
Mediterráneo
Atlántico occidental
|
H.
kudda |
Caballito
amarillo |
Bleeker |
Cuerpo
con 36 segmentos
Dorsal con 16-18 radios |
30
cm |
Costas
tropicales del Índico y Pacífico, Hawai y Japón |
H.
guttulatus |
Caballito
del Mediterráneo
|
Cuvier |
Cuerpo
c/aprox. 43 segmentos; dorsal c/19 radios |
20
cm |
Mediterráneo
y Atlántico Oriental |
H.
Hippocampus |
Caballito
europeo |
Linneo |
Dorsal
con 20 radios |
18
cm |
Norte
de Inglaterra
Sur de Europa |
H.
erectus |
Caballito
del Norte |
Perry |
Cuerpo
c/32-35 segmentos
Dorsal 18-21 radios |
15
cm |
Atlántico
Oriental y Occidental desde Nueva Escocia hasta Argentina |
H.
reidi |
Caballito
común |
Ginsburg |
Dorsal
c/16 a 19 radios |
18
cm |
Bahamas,
Caribe, Bermudas y Sudeste de Brasil |
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