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Clasificación.
Una
Cuestión de nombres...
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¿Cómo
darle un nombre a los peces?
A los peces, como a todos los seres
vivos, se los identifica mediante la utilización de nombres.
Si bien casi todos los peces de
acuario tienen en cada país un nombre común, existe un sistema
universal para identificar a cada especie con un nombre único. Ese
nombre único es el nombre científico.
Para arribar a ese nombre único y
de uso universal se toma como base la taxonomía, que es la disciplina
científica utilizada para ordenar los grupos de animales en relación a
sus similitudes. La taxonomía (o sistemática) se base en las Reglas
Básicas de la Nomenclatura Zoológica. Esas reglas son
fiscalizadas, modificadas o ampliadas por la máxima autoridad en la
materia que es la Comisión Internacional de la Nomenclatura Zoológica
(ICZN).
El primer antecedente de magnitud
sobre clasificación de animales pertenece a Carolus Linnaeus,
naturalista sueco del Siglo XVIII. En 1758 se publico la 10ª Edición
de Sistem Naturæ, obra en la cual Linnaeus describe los animales
y plantas utilizando el sistema binómico.
Este sistema binómico es reconocido
universalmente para designar a todos los seres vivos (animales y
vegetales) y, entre ellos, los peces. Consiste en la utilización de dos
nombres el primero de los cuales describe el Género y el segundo a la
especie.
En esta nota nos referimos a los
peces en particular, pero el sistema es válido para todos los seres
vivos, tal como se mencionó más arriba.
En nuestra página Biología:
desde el origen de la vida a la Célula mencionamos las ramas
científicas en que se ha dividido la Biología para estudiar los seres
vivos. Una de esas ramas es la Zoología, de la que a su vez
se desprenden las siguientes disciplinas:
-
Protozoología (animales
unicelulares)
-
Entomología (insectos)
-
Herpetología (anfibios y
reptiles)
-
Ornitología (aves)
-
Mastozoología (mamíferos)
-
Antropología (características
del hombre)
-
Ictiología (peces)
De
lo general a lo particular...
Para arribar al nombre, primero
deberá determinarse por similitudes y diferencias si se trata de
un animal o un vegetal. Se produce de este modo la primera gran división
de la Biología.
Gráficamente podemos ilustrarlo de
la siguiente manera:
Estas grandes divisiones, que
parecen una broma, en realidad no son otra cosa que la explicación de
por qué hay diferentes ramas y disciplinas biológicas. En el primer
caso, dividen la Zoología de la Botánica y aunque a
primera vista parece obvia la diferencia entre un animal y un vegetal,
esas diferencias son mínimas cuando se trata de especies muy
particulares. Por ejemplo, para un neófito, entre ciertas anémonas y
una planta existen pocas diferencias. Pero hasta un científico
especializado tiene dificultades para ubicar en un Reino u otro a
ciertos microorganismos. Incluso esta situación a dado lugar a
recientes modificaciones recomendadas por Whitaker en la
reestructuración de los Reinos (Ver
Biología 1 y
Biología 10)
Una vez que se determinó que cierta especie corresponde al Reino Animal
(Metazoa en este caso), la segunda gran división a los efectos de esta nota, es
separar a los peces de los demás animales.
Esto que también parece obvio no lo es: entre un delfín y un tiburón
hay pocas diferencias a la vista. Sin embargo los delfines no son peces.
Esta segunda gran división gráficamente quedaría expuesta de la
siguiente manera:
Ahora bien, suponiendo que ya hemos
separado a los peces de los demás animales, nos quedan aún muchos
pasos por andar antes de darle el nombre a un pez en particular. Entre
los propios peces existen diferencias, algunas imperceptibles y otras
muy evidentes.
Para ordenarlos y agruparlos se
parte de las grandes similitudes y diferencias y se van dividiendo los
grupos por pequeñas similitudes. La metodología para llegar a eso se
llama sistemática, de la que ya hablamos y se vale de la taxonomía
para determinar la ubicación de un animal o vegetal determinado.(1)
Hasta ahora hemos recorrido el
siguiente camino:
De los cinco Reinos existentes,
ubicamos los peces en el Reino Animal (Metazoa).
Este Reino se ha dividido en dos Ramas y varios Phyllum.
Entre esos Phyllum ubicamos a los peces entre los cordados (Chordata)
ya que es el que ofrece mayores similitudes con la estructura de un pez.
Como tiene vértebras, lo ubicamos entre los vertebrados del Subphyllum Vertebrata,
y así sucesivamente.
Gráficamente lo podemos ilustrar de
la siguiente manera:
A partir de esta etapa nos resultará
más fácil dar una idea utilizando un ejemplo. Tomaremos al popular
Lebistes (Poecilia reticulata Peters, 1859) para
ubicarlo en la escala zoológica.
Reino: Metazoa
(Animales)
Phyllum: Chordata
(Cordados)
Subphyllum: Vertebrata
(Vertebrados)
Superclase:
Gnathostomata (Peces mandibulados)
Clase: Teleostomi (Peces óseos)
Subclase: Teleostei (Peces óseos actuales)
Orden: Cioprinodontiformes (Peces
dentados)
Suborden: Microciprini (Pequeños peces dentados)
Familia: Poecilidae (Pecílidos)
Subfamilia: Poeciliinae
Género:
Poecilia (=Lebistes) Peters 1859
especie: reticulata
Todas las variedades de color o
forma quedan excluidas de la taxonomía ya que son propias de la
piscicultura ornamental. Como se ve en los ejemplos hemos pasado de lo
general (los seres vivos) a lo particular (una especie animal
individual).
Los nombres de los diversos Géneros
o especies suelen ser arbitrarios. Es decir que pueden tener o no una
etimología. El nombre del Género (o nombre genérico) es un
sustantivo.
El nombre de la especie (o nombre específico) es un adjetivo, en
algunos casos es la expresión latinizada de la forma del pez y en otros
está derivado del nombre de quien lo descubrió o describió por
primera vez, o para homenajear a una persona.
Volviendo a las Reglas Básicas de
la Nomenclatura Zoológica y al nombre de los peces, debemos tener en
cuenta al menos los siguientes siete puntos:
- Se
debe utilizar para denominar los peces el sistema binómico
(o sistema de nomenclatura binaria), del que hablamos al
principio;
- Los
nombres deben ser en latín o latinizados; excepcionalmente se
acepta el griego.
- El
nombre del Género debe ser de una sola palabra y se escribirá con
su primera letra en mayúscula.
- El nombre de la especie debe ser simple o eventualmente compuesto y
se debe escribir con todas las letras en minúscula. Tanto el nombre
del género como el de la especie se deben escribir en letras
cursivas o que se diferencien del texto mediante un tipo de letra
diferente o subrayándose cuando esto no sea posible. Esta es la razón
por la cual en las páginas de nuestro Web se escriben los nombres
científicos con letras cursivas o
negritas.
- Cuando
se trate de una subespecie, se utilizará el sistema trinómico
(compuesto por tres nombres), siendo el primero y el segundo los
correspondientes a género y especie, mientras que el tercero, también
escrito de igual modo, representará la subespecie. Cuando ya se ha
citado el segundo nombre en el texto, se podrá reemplazar
por una abreviatura o inicial. Un ejemplo de esto sería el
siguiente: Aphyosemion bivittatum hollyi, que puede
volver a escribirse en el mismo texto como Aphyosemion biv. hollyi (o como A.
biv. hollyi).
- A
continuación del nombre científico del pez mencionado debe
mencionarse en los trabajos científicos (esto no es obligatorio
para los trabajos de divulgación o no científicos) lo que se
denomina referencia de autoridad. Esa referencia de autoridad es el
nombre y la fecha en que el pez fue descrito por primera vez (o que
se publicó tal descripción). Por ejemplo: Poecilia
reticulata Peters, 1859.
- Cuando
un pez ha cambiado de nombre, puede mencionarse entre paréntesis la
denominación anterior pero en todos los casos será válido el
nombre del autor que lo describió por primera vez. Por ejemplo: Poecilia
reticulata (Lebistes), Peters, 1859. En este caso el nombre
en desuso se escribe en letras normales.
Usar los
nombres científicos, lejos de ser un esnobismo es una necesidad para
que nos entendamos y todos, acuaristas o científicos, usemos el mismo
lenguaje para referirnos a los peces.
Los nombres comunes, de uso doméstico deben reservarse para las
variedades híbridas o de fantasía, como sería el caso de Lebistes
“arlequín”, Betta “cambodia” o cualquier otro. Los comerciantes
deberían adoptar el criterio de unificar los nombres de sus listas de
peces y controlarlos con las publicaciones especializadas. No podemos
pretender que se mantengan las listas actualizadas con los nombres al día
(porque ni aún los taxonomistas se han puesto totalmente de acuerdo con
algunos géneros y especies). Pero si podemos pretender que se haga un
pequeño esfuerzo y se utilicen los nombres que se reconocen
internacionalmente desde hace muchos años. El nombre común podría ser
ubicado con posterioridad al nombre científico y de este modo no habría
posibilidad de malas interpretaciones.
Porque
interpretar bien o mal es una cuestión de nombres...
(1)
La organización de los organismos vivos en nuevos Reinos es la consecuencia del
avance de los conocimientos científicos y de las posibilidades tecnológicas
modernas para apreciar diferencias en aspectos tales como, entre otros, el ADN. A los efectos
de esta nota, usamos el término animal o vegetal aunque correspondería
mencionar Protistas, Monera, Fungi, etc.
Ver Biología 1
Glosario del Acuarista: para aclarar algunas dudas
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